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El CBD está en todas partes, y cada vez descubrimos más sus maravillosas propiedades a través de estudios e investigaciones científicas. Puedes encontrar CBD en forma de aceite, puedes comerlo, beberlo, fumarlo, frotarlo en tu piel. El CBD puede ayudar con el sexo, con la ansiedad y la depresión, con el insomnio y una amplia variedad de trastornos del sueño, con el dolor crónico, el dolor articular, la endometriosis.
También puede ayudar con convulsiones, psicosis, problemas cardíacos, y tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. En este artículo en concreto, sin embargo, hablaremos de la fibromialgia y el CBD, empezando como siempre por lo básico y recopilando los estudios realizados hasta el momento, intentando resumir lo que sabemos. Si quieres saber más sobre el CBD, ¡lee nuestro blog!
¿Qué es el CBD?
El CBD (cannabidiol) es un compuesto químico natural que se encuentra en la planta de cannabis sativa, junto con el THC y más de otros 100 compuestos. El CBD, a diferencia del THC, no es psicoactivo, no provoca el subidón asociado al consumo tradicional de marihuana y no es adictivo en modo alguno, ni provoca inanición. Sus efectos secundarios, en caso de producirse, son muy manejables y leves.
El CBD es legal, aunque, por ejemplo en Italia, la legislación es muy escasa e imprecisa sobre los usos que se pueden hacer del CBD. Por lo tanto, nada te impide comprar algunos productos de CBD para conocer y experimentar por ti mismo sus propiedades beneficiosas y medicinales, así como el método de uso que prefieras.
Recuerda, no obstante, que primero debes hablar con tu médico y empezar con dosis muy bajas para luego, posiblemente, aumentarlas.
CBD: ¿cómo actúa?
El CBD actúa en el cuerpo y el cerebro interactuando con el sistema endocannabinoide (ESC).
El SCE es un sistema receptor recientemente descubierto en nuestro cerebro y cuerpo que regula y controla muchas funciones del organismo, desde la memoria y el aprendizaje hasta el procesamiento de las emociones, el control del dolor y la temperatura, el sueño, la respuesta inflamatoria y la nutrición.
Es fácil ver por qué el ECS es actualmente el centro de una renovada investigación internacional, y por qué es importante conocer todas las formas en que el CBD interactúa con él. La química y farmacología del CBD, así como los receptores cannabinoides y otros componentes del sistema endocannabinoide con los que interactúa, se estudian cada día más.
Los resultados de estos estudios podrían resultar cruciales en el tratamiento de muchas enfermedades. Además, los estudios preclínicos y clínicos han contribuido y están contribuyendo a nuestra comprensión del potencial terapéutico del CBD para muchas enfermedades, incluida la respuesta inflamatoria y la fibromialgia.
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia (FM) o síndrome fibromiálgico (SFM) es un trastorno musculoesquelético complejo más frecuente en mujeres que en hombres. Se caracteriza por un dolor generalizado que puede presentarse como dolor agudo y sordo, con sensaciones de dolor amplificado constantes.
Los síntomas de la fibromialgia también pueden incluir fatiga crónica, trastornos del sueño, problemas de memoria y cambios de humor. Las investigaciones sugieren que el sistema nervioso está implicado en la causa de la fibromialgia, pero esta enfermedad no es autoinmune ni inflamatoria.
Sus orígenes, aún hoy, no están claros. La fibromialgia tiende a ser hereditaria y algunos científicos creen que ciertos genes pueden aumentar la probabilidad de desarrollarla. Sin embargo, el trastorno también se da en personas que no lo tienen en su historial médico familiar. No existe una prueba específica para diagnosticarlo, y actualmente no hay cura definitiva.
La medicación y los cambios en el estilo de vida, combinados con el autocuidado, el ejercicio constante y un sueño suficiente y adecuado pueden marcar la diferencia, ayudando a los pacientes a controlar sus síntomas y sentirse mejor.
¿Puede el CBD ayudar con la fibromialgia?
La respuesta corta es: tal vez, pero necesitamos más estudios. Como todos sabemos, el CBD ya es utilizado por muchas personas en todo el mundo para tratar el dolor crónico y la inflamación. Actualmente no hay estudios publicados sobre la fibromialgia que examinen los efectos del CBD específicamente. Sin embargo, algunas investigaciones examinan los efectos del cannabis en general, que puede contener múltiples cannabinoides (incluidos el CBD y el THC), sobre la fibromialgia.
Por ejemplo, una investigación realizada en 2009 estableció que el CBD puede utilizarse para aliviar el dolor neuropático y, por tanto, es un buen aliado de otros fármacos analgésicos. En 2011, se realizó un estudio con 56 personas con fibromialgia. Los participantes consumieron cannabis para tratar sus síntomas. La mitad de ellos, los que ya tenían experiencia con la sustancia, experimentaron una reducción del dolor y la rigidez y un aumento de la somnolencia.
Según un nuevo estudio de septiembre de 2020, «las pruebas que apoyan el uso y la utilidad del cannabis en las afecciones de dolor crónico son abundantes; sin embargo, en la fibromialgia, son en su mayoría limitadas. Sólo existen unos pocos estudios, y su objetividad ha sido cuestionada. Sin embargo, muchos estudios retrospectivos y encuestas a pacientes sugieren una reducción significativa del dolor, una mejora del sueño y una disminución de los síntomas asociados.
Cada vez se reúnen más pruebas que apoyan el uso del cannabis en el dolor crónico y, en particular, en la fibromialgia. Al mismo tiempo, el consumo de cannabis está aumentando en todo el mundo. Aunque las pruebas actuales siguen siendo limitadas, los datos emergentes sugieren un efecto positivo del cannabis sobre los síntomas de la fibromialgia.
El consumo de cannabis no está exento de riesgos, entre los que se incluyen riesgos psiquiátricos, cognitivos y de desarrollo, así como riesgos de adicción. Por lo tanto, está justificado dar a los profesionales la libertad de sopesar estos riesgos y prescribir el uso médico del cannabis a los pacientes con más probabilidades de beneficiarse de este tratamiento.
Es necesario seguir investigando para definir la selección de pacientes y los regímenes de tratamiento adecuados». Una vez más, los resultados se centran en el cannabis en general y no en el CBD, y la decisión se difiere a la evaluación del médico individual de cada caso, a falta de datos generales.
En conclusión, los resultados fueron mixtos y se necesitan más estudios específicos sobre el CBD.
Conclusiones y advertencias
Si estás interesado en consumir CBD, habla primero con tu médico. El CBD viene en muchas concentraciones diferentes y puede interactuar con medicamentos y suplementos existentes, por lo que es importante mantener siempre informado a tu médico. En cuanto a las dosis, empieza poco a poco y escucha siempre a tu cuerpo y a tu mente.