Hay muchas historias de éxito relacionadas con la administración de CBD a perros, sobre todo en Estados Unidos y en Australia. Evidentemente, es un asunto delicado y las investigaciones parecen en gran medida anecdóticas. De hecho, la sustancia podría ser metabolizada por el organismo de nuestros amigos peludos de forma diferente a como lo haría el nuestro, con toda una serie de precauciones que hay que tener en cuenta. En este artículo encontrarás todo lo que debes saber acerca del CBD y los perros, incluidas las dosis. En hempati.com respondemos a todas tus preguntas e inquietudes.
¿Es perjudicial administrar CBD a los perros?
La primera pregunta que hay que hacerse, incluso antes de tener en cuenta variables como condiciones, tipologías y dosis, es una y solamente una: ¿puede el CBD ser perjudicial para los perros? La respuesta es que no.
A diferencia del THC, la otra sustancia que contiene el cannabis, la que, para entendernos, provoca un auténtico efecto de colocón, el CBD o cannabidiol no provoca daños al animal. El THC es tóxico y puede llevar a la muerte. El CBD, por otro lado, si se dosifica de manera incorrecta, puede causar diarrea o alguna variación en los valores hepáticos tras unas semanas de mala dosificación. No decimos que no requiera cierta atención y control, pero no debería ser una cuestión de vida o muerte, por suerte.
La principal preocupación cuando hablamos del CBD y los perros es que esta sustancia inhibe un compuesto químico presente en el organismo llamado citocromo P450, que se encarga de la metabolización de muchos medicamentos y fármacos. Si la efectividad de una sustancia depende del producto de su proceso de metabolización, el CBD puede provocar problemas en la metabolización del medicamento y crear una acumulación del mismo que, en última instancia, podría resultar tóxica. Obviamente, y lo decimos aquí pero lo repetiremos más veces, nunca administres CBD a tu perro sin preguntar antes a tu veterinario y asegúrate de que no existen otros fármacos necesarios para su salud y supervivencia metabolizados por el citocromo P450. Las dos sustancias podrían interactuar de forma negativa (¡también puede ocurrir en los seres humanos!).
¿Qué dicen las investigaciones?
Como podrás imaginarte, la investigación científica acerca del CBD y los perros todavía es algo escasa en estos momentos. No obstante, el corpus de investigación se está ampliando y ya incluye unos 23 000 artículos publicados sobre el tema. Se trata principalmente de investigaciones llevadas a cabo en el laboratorio que analizan los efectos del CBD en animales y seres humanos. Los resultados parecen esperanzadores, especialmente en cuanto al dolor (con especial atención al dolor óseo y al causado por la artritis), el picor y la irritación, y la ansiedad. Todos estos trastornos, al igual que sucede en la investigación con humanos, también se han incluido en la investigación en perros. ¡Hurra!
¿En qué dolencias puede ayudar el CBD a los perros?
Pero, ¿cuándo es el momento de embarcarse en esta aventura y plantearse administrar CBD a tu perro? Existen dos grupos de dolencias que el CBD parece aliviar: las físicas y las conductuales.
Trastornos físicos
Varios estudios han observado el efecto y la efectividad del CBD sobre el dolor provocado por la artritis, y todos llegan a la misma conclusión: El CBD es muy eficaz. Un estudio del Departamento de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell reveló que administrar a los perros una dosis de 4,4 mg de CBD por kilo de peso del perro 2 veces al día durante un mes produjo un alivio significativo del dolor y una mejora de la calidad de vida de los perros. La Universidad de Baylor también llegó a la misma conclusión. Picores e irritaciones: dos estudios recientes han demostrado que el CBD también ayuda con los picores, las irritaciones y las afecciones de la piel.
Trastornos conductuales
Pasemos ahora a los trastornos del comportamiento: la ansiedad, las reacciones fuertes a los ruidos y similares suelen ser los principales motivos por los que los propietarios comienzan a pensar en tratar a sus perros con CBD. No obstante, este campo, aunque no lo parezca y aunque la intuición sugiera lo contrario, todavía no está bien documentado. No existen estudios que hayan probado la eficacia del CBD en los trastornos del comportamiento canino relacionados con el ámbito de la ansiedad y la reactividad. No obstante, se están llevando a cabo estudios sobre el efecto de esta sustancia en la agresividad, y parecen muy prometedores.
Se demostró que los perros de las perreras con tendencias agresivas eran menos violentos con los humanos tras un período de 15 días de tratamiento con CBD. En conclusión: los resultados son todavía escasos y demasiado poco consistentes en los primeros estudios sobre la administración de CBD a los perros para disminuir la posibilidad de convulsiones. Así que, en resumen: no existen suficientes estudios acerca de la ansiedad y las reacciones fuertes al ruido, pero la investigación parece desalentadora. En cambio, los estudios son alentadores con respecto a la agresividad. Poca investigación respecto a las convulsiones. Como siempre, consulta a tu veterinario. ¿Está todo claro? ¡Continuemos!
¿Cómo elegir el CBD adecuado para mi perro?
El mercado de los productos de CBD se ha expandido, y tratar de averiguar qué producto es el más apropiado para tu mascota puede resultar abrumador y complicado. Como siempre, busca productos certificados, investiga la calidad y fiabilidad del vendedor (tenemos un pequeño consejo;)) e infórmate bien antes de proceder a la compra. Lo ideal es que el producto no contenga metales pesados ni pesticidas. En cuanto a los productos comestibles, como gominolas o galletas, evita por completo los diseñados y formulados para humanos. Del mismo modo, mantente alejado del THC que, como ya se ha mencionado, resulta tóxico para los perros.
En cuanto al tipo de producto, la cuestión se vuelve más matizada: la felicidad y la salud de tu perro son lo primero, y únicamente tú (y el veterinario) podéis saber qué puede tomar y de qué modo. Las pastillas y los aceites podrían ser la mejor solución, mientras que, por supuesto, queremos excluir el tabaco (no obstante, si quieres hacer compañía a tu mejor amigo, puedes elegir una flor para ti).
¿Y la dosis?
Trata a tu perro como a ti mismo. En cuanto a la dosis, se debe empezar poco a poco, tal vez entre 0,2 mg y 0,3 mg por kilogramo, por vía oral dos veces al día. Luego puedes pensar en incrementarla, pero no es obligatorio. Observa a tu perro, sus comportamientos y sus reacciones, y parte de ahí. ¡Buena suerte a los dos!